Iluminar el dormitorio
La luz que debemos lograr para el dormitorio debe ser una invitación al descanso y a la relajación. Te explicamos cómo conseguirlo.
En los dormitorios con falso techo, la distribución de focos halógenos empotrados es la solución más práctica para resolver la iluminación. Lo habitual es distribuirlos en hilera en función de las zonas que se vayan a delimitar y los efectos que se quieran conseguir. Resulta una iluminación general muy homogénea, potente pero algo fría, por lo que conviene complementarla y matizarla.
Una luz cálida
De techo. Evita una única luz central en el dormitorio. Puede resultar algo molesta si compartes habitación, ya que es posible que estorbe a quien trate de descansar. Además, no iluminará bien. Las lámparas colgantes sólo se aconsejan si se dispone de techos altos; de lo contrario pueden estorbar.
Diferencia zonas. Separa actividades y elige lámparas diferentes: para los armarios se recomienda halógenas de 50 w; para la lectura necesitarás unos 100 w, y para las mesillas, bastará con 60 w.
Pantallas. Las de tela proporcionan una iluminación suave, ya que reduce los contrastes de luz. Elige un tejido de tonos claros y una pantalla cerrada para teñir de calidez el dormitorio.
Eficiencia y ahorro
Mecanismos. Los reguladores de intensidad son muy prácticos en dormitorio y salón ya que permiten adaptar la cantidad de luz a cada momento y necesidad del día.
Programar. Instala temporizadores programados para reducir la factura de luz en baños o pasillos, y aplica la domótica para centralizar el control de la iluminación.
Económico. En breve, la tarifa nocturna desaparece y se sustituye por la tarifa por discriminación horaria, con más horas baratas y menor porcentaje de descuento.
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